La banda rosarina Jimmy Club lanzó el 2 de junio su nuevo álbum titulado “Canciones para fantasmas”, un disco cargado de varios estilos y con  mucho pop psicodélico.



Canciones para Fantasmas es un álbum conceptual sobre el aislamiento y posterior crisis política de los últimos años. Es hasta el momento el trabajo más ambicioso de la banda, que continúa con la búsqueda de poner en escena personajes cargados de buenas intenciones que se chocan contra un entorno hostil, y cómo éste repercute en ellos. Un disco de alto contraste en el que coexisten emociones contradictorias hasta a veces dentro de la misma canción. El álbum se encuentra atravesado por una búsqueda de texturas sonoras que remiten al pop psicodélico sesentero de los Doors, Shocking Blue o hasta de los Beatles, incorporando pasajes de shoegaze, post-punk, horror punk y spoken word. 

Dentro de este disco participaron los siguientes músicos: Martín Miguez en guitarra acústica, voz, coros; Lucio Sanchez en  teclados y sintetizadores; Matías Bolzan en el  bajo; Gabriel Rosignoli en la batería, programaciones y percusiones; Francisco Alvarez Di Franco en guitarras eléctricas. 

Canciones compuestas entre diciembre de 2019 y marzo de 2021. Todas las canciones fueron compuestas por Martín Miguez y arregladas por Jimmy Club en colaboración con Fermín Sagarduy. Producido por Fermín Sagarduy. 

Grabado en los siguientes estudios de la ciudad de Rosario, entre septiembre de 2021 y abril de 2022: 

Baterías grabadas en Estudio La Fuente.

Bajos, teclados, voces y sintetizadores grabados en el estudio de Fermín Sagarduy.

Guitarras grabadas en Estudio AudioBuró. 



Jimmy Club es una joven banda rosarina de rock psicodélico, formada en 2015 e integrada por Martín Míguez en guitarra y voz,  Lucio Sánchez en teclados, Matías Bolzán en bajo y Gabriel Rosignoli en batería.


La banda se encuentra presentando su tercer trabajo discográfico de larga duración, “Canciones para Fantasmas”, estrenado el pasado viernes 2 de junio. Producido íntegramente en pandemia por el productor Fermín Sagarduy, el álbum representa un nuevo comienzo para el cuarteto, que termina de definirla como la banda joven por excelencia del circuito del rock alternativo. 

Dicho álbum, descrito por la banda como pop vintage, expande el sonido del grupo combinando elementos del rock clásico, shoegaze, punk rock y pasajes electrónicos, sumándole influencias del britpop de Pulp y Blur y texturas de los primeros trabajos de David Bowie, remitiendo a bandas como Eels y Supergrass. El álbum aborda los cambios políticos y sociales de los años de aislamiento y posterior regreso a la normalidad desde una mirada poética e introspectiva, característica de sus trabajos anteriores como “Bestiario” (2019) y “Aviones de Papel” (2017).